‘¿Águila o sol?’ La prosa de Octavio Paz

Son las imágenes imposibles las que delatan en mayor grado la vena poética del autor de ¿Águila o sol? “El agua del tiempo escurre lentamente en esta oquedad agrietada”, “Y el día aplasta con su gran pie colérico una estrella pequeña” son sólo dos de las frases del centenar con las que Octavio Paz construyó su citada obra. Estas, en particular, contienen varias metáforas. Así ocurre con el resto de los fragmentos de la colección: se encuentran cargados de metáforas, simbolismos e imágenes polisémicas, como: “Coge el azadón, teoriza, sé puntual. Paga tu precio y cobra tu salario”, a la mitad de “Un poeta”.


Los temas que tocan las distintas piezas de ¿Águila o sol? dan la impresión de tener como unidad la evocación, pero también el gusto por incitar a reflexionar: “Diré su secreto: de día, es una piedra al lado del camino; de noche, un río que fluye al costado del hombre”, lo que es el final de “Dama Huasteca” es un buen ejemplo de esto. “El hombre empieza donde muere”, al final de “Viejo poema”, es otra excelente ejemplo. Además, los temas de reflexión se sugieren a partir de descripciones que aparentan ser o provenir de pinturas. En “Ser natural” esto es muy claro. De hecho, la dedicatoria de esta pieza al pintor Rufino Tamayo aclara en gran medida el procedimiento a través del cual está construido este microrrelato y, seguramente, muchos de los otros que componen ¿Águila o sol?: es una descripción de imágenes fantásticas, creadas ya sea por la imaginación del autor o por algún otro artista perteneciente a las artes visuales.


En cuanto al contexto histórico, no puedo dejar de mencionar la consonancia que encuentro entre esta obra de Octavio Paz, fechada como una de sus iniciales (1949-1950), y la primera publicación literaria de Gabriel García Márquez: Ojos de perro azul. Desde mi perspectiva, ambas contienen imágenes metafóricas y narraciones sumamente descriptivas, al grado de emular pinturas. Pareciera que a la mitad del siglo XX se vio surgir en Latinoamérica un estilo que, tal vez por las exigencias del mercado literario o por la maduración propia de sus creadores, no terminó de afianzarse. Podría caracterizarse a este estilo por su ensimismamiento, el cual probablemente haya minado su trascendencia al ser de difícil acceso y de comprensión reservada.

El Vendedor de Certezas y su Corazón de Acero

Faltan pocas semanas para las elecciones de 2024, cuando Lorenzo, emprendedor y comisionista de seguros cibernéticos, viaja a un territorio inhóspito para cumplir un importante encargo de su padre, quien ha sido un destacado líder social que encontró el éxito en la política.

Amenazado por el contrabando, Lorenzo debe elegir entre incumplir su promesa o arriesgar la vida y el futuro de las mujeres que ama. Mientras decide, narra los sucesos que lo pusieron al borde de la muerte y le unen al célebre personaje en que se convirtió su padre, don Lázaro Ballesteros.

El vendedor de certezas y su corazón de acero es un emotivo relato que entrelaza episodios históricos del entorno social y político mexicano ocurridos entre la década de 1970 y el año 2020. A partir de ellos, construye una sugestiva ficción de lo que podrían ser los meses previos a las elecciones de 2024.

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